Digo un millón de veces que hay que pensar en el largo plazo para tomar las decisiones sobre la educación de tu hijo, en realidad para casi todo en la vida. Hoy quiero explicarte 3 pautas para tener en cuenta el largo plazo en la educación de tu hija y recordarte que el largo plazo se define en cada instante, en el presente inmediato, no se crea en el futuro.
Educar en el corto plazo es un error
El día a día va muy rápido y nos impulsa a tomar decisiones de corto plazo para salvar los muebles. Por ejemplo, si tu hijo va mal en los estudios las estrategias más habituales son la presión, estar encima, amenazar con castigos donde duele o poner profesores particulares.
- La presión sale en la mayoría de ocasiones de la desesperanza nuestra como padres porque hemos puesto unas expectativas en nuestro hijo que no está cumpliendo y tratamos de forzar el cambio. Como estamos en ese estado queremos ver resultados de forma inmediata para sentirnos mejor, pero aquí hay 2 opciones normalmente: que tu hijo no cambie o que tenga un cambio que dure poco y pronto vuelva a su conducta habitual. A largo plazo la lucha se cronifica.
- Estar encima lo que logra es despojar a nuestro hijo de autonomía, nosotros tomamos las responsabilidades por él y, por tanto, nunca aprende a hacer las cosas por su cuenta. A largo plazo tu hijo necesitará siempre de alguien que le diga lo que deba hacer porque no le has entrenado para otra cosa.
- Los castigos donde duele en ocasiones logran algún despertar, pero suelen durar poco. El ser humano tiene una capacidad de adaptación impresionante y si castigas a tu hijo con quitarle el móvil en realidad acabará acostumbrándose no a estar sin móvil sino a la lucha por recuperarlo. Te ganará algunas batallas en las que acabes cediendo y otras las perderá, pero la conducta que provocó el castigo no tendrá más que algún periodo breve de mejora. A largo plazo no habrá aprendido cómo hacer lo que debe, lo mismo lo que sí aprende es a ganarte más batallas.
- El profe particular está genial y le puede ayudar mucho, pero no deja de enseñarle los ejercicios para una asignatura determinada, para un examen concreto. Corto plazo. Si no mantienes al profe es muy normal que tu hijo siga teniendo problemas con los estudios. Si lo mantienes a largo plazo, como su estrategia más común es de corto plazo (enseñar los ejercicios que se están dando), tu hijo aprehenderá que sin ayuda no puede.
Con cualquier aspecto de la educación de tu hija las decisiones de corto plazo es fácil que dejen agujeros importantes en el futuro, cronifiquen las conductas y los conflictos y acabes por aceptar y permitir más de lo que deberías solamente por el cansancio acumulado.
¿Cómo educar pensando en el largo plazo?
Imagínate un fuego en tu cocina y que para apagarlo llega un bulldozer y derriba la casa entera. El fuego está apagado, pero ahora no tienes casa. Habría salido mejor coger un extintor y apagar el fuego. En la opción 1 el coste de apagar el fuego es recoger todos los escombros y construir una casa nueva mientras que en la opción 2 solo hay que hacer una pequeña reforma en la cocina.
El primero se obceca tanto con el fuego que no piensa en las consecuencias de después. El segundo tiene la cabeza puesta en el fuego, pero también en causar los menores daños posibles para volver a la normalidad pronto y con menor coste.
Los enfados, broncas, castigos, etc. se pueden comparar muchas veces con el bulldozer. Lo que ha hecho tu hijo toma tal relevancia en tu mente que reaccionas con todo lo que tienes, todo tu arsenal, para tratar de cortarlo. Sin embargo, ¿cuánto está dañando esa reacción a vuestra relación? ¿En qué medida está provocando que tu hija no te quiera escuchar en el futuro?
El largo plazo es tomar medidas que tengan en cuenta no solo la situación del momento sino también cómo crear una mejor situación futura. Tomar medidas adecuadas.
Si resulta que el fuego que hay es simplemente simplemente un cerilla, con dejarla en un tarro y no tocarla, se apagaría sola. No hace falta el extintor, ni mucho menos el bulldozer. Eso es otra forma de tomar medidas adecuadas.
Evidentemente, si se hace una inspección del sistema eléctrico de la cocina y se detecta que está en mal estado, se podría haber evitado el fuego en primera instancia.
Tener conversaciones abiertas, sin juicios con tu hija y fomentar un ambiente de confianza con límites claros, pero también cierta flexibilidad puede darte información muy valiosa para ayudar a tu hija antes de que surja ningún problema o muy al principio. Eso es prevención.
Si tras el incendio se realiza una revisión del sistema eléctrico de toda la casa, se detectan más problemas que pueden suponer un riesgo de nuevos fuegos y se arregla, gracias a ese primer fuego se pueden prevenir daños mayores. Eso es estudiar los síntomas para descubrir y solucionar la causa raíz.
Estas 3 pautas, te pueden ayudan a entender cómo funcionaría la educación con foco a largo plazo.
- La prevención marca el antes, evitar un problema antes de que aparezca.
- Las medidas adecuadas marcan el durante, cuál es la forma más proporcionada y coherente de tratar un problema que ayude a estar mejor más adelante y, desde luego, no empeore las cosas.
- La identificación y tratamiento de la causa raíz de un problema marca el después, cómo evitar que se repita y crear una base más firme.
Estas son las claves de la educación a largo plazo, es decir, cómo educar dando prioridad y con foco en el futuro más que en el presente. Recuerda que el largo plazo en realidad mira al futuro, pero se crea ahora.
El largo plazo se define ahora
Lo mas habitual es tener más o menos claro lo que queremos evitar. Miramos al pasado y vemos que nuestro hijo no estudia, no hace la cama, no recoge, no escucha, va con «malas compañías», etc. Esta mentalidad nos lleva indefectiblemente a una educación basada en el corto plazo, lo que suele llamar apagar fuegos.
Si quieres crear una educación mejor y guiar a tu hija para convertirse en la mejor versión de sí misma te recomiendo cambiar de foco:
- Mira dentro de 5 años. ¿Qué te gustaría para tu hija? Recuerda que es su vida, debes guiarla, pero no manejarla. Puede desear una buena relación de confianza con ella, que tenga una autoestima fuerte, que no sufra con los estudios, que no se meta en drogas, etc.
- Crea un plan. Honestamente, ¿qué se necesitaría para llegar a ese situación? Piensa en pasos intermedios, en lo que podrías aprender para lograrlo, en gente que podría ayudaros…
- Da el primer paso ya. ¿Qué puedes hacer hoy para estar un pasito más cerca de esa situación? No importa lo pequeño que sea el avance, hazlo ya.