COMPRENSIÓN LECTORA 🙄 ¿Qué tiene de mito? 📈

Cuando hablamos de estudios, una de las razones más comunes por las que los estudiantes (ya sean niños, preadolescentes o adolescentes) no logran sacar los exámenes ni estudiar de forma adecuada se dice que es la falta de comprensión lectora.

Este argumento así, tal cual, se les transmite a madres y padres continuamente. Está muy extendido y los profesores muchas veces se quedan ahí también. Pero es un trampa. Animo a los profes sobre todo a leer este artículo y comentarme vuestras impresiones.

¿Qué es la comprensión lectora?

En realidad no hay mucho que explicar aquí, el propio término dice perfectamente lo que es: la capacidad para comprender un texto que se ha leído. Esto puede incluir tanto las palabras como las ideas generales de un texto. 

Una primera trampa desde mi punto de vista y que no es menor, es que se suele atribuir al significado de comprensión lectora la capacidad de comprender lo que el autor ha querido decir. Claro que eso es importante, no lo niego, pero esto deja algo que se suele trabajar menos y que es fundamental:

  • Pensamiento crítico. Una de las cosas que se quedan fuera en este punto es el fortalecimiento del pensamiento crítico. Está genial entender lo que quiere decir el autor, pero se corre el riesgo de centrarse demasiado en la materia y no potenciar la opinión y el desarrollo de pensamiento del alumno que, a su vez, puede ayudarle a entender mejor el punto de vista del autor.

Generalidad, esto y nada es lo mismo

Tu problema es la comunicación. Tu problema es la dieta. Tu problema es la motivación. Estos son algunos ejemplos, igual que decir que el problema es la comprensión lectora, de consejos que no sirven para nada. Son demasiado generales.

Sí, todos entendemos el concepto pero, ¿y ahora qué hago? ¿Cómo lo soluciono? ¿Qué provoca que falte comprensión lectora? ¿Cómo localizo la causa? ¿Cómo la mejoro? Son algunas de las preguntas que se pueden despertar y, como siempre que nos quedamos en generalidades, la tendencia es a dar respuestas igual de generales: leer más.

De nuevo respuestas tan genéricas no sirven, leer más… ¿Qué se debe leer? ¿Y si mi hijo no quiere leer? Si realmente no se entera, ¿puede aumentar su frustración? ¿Cómo gestiono esa frustración? Si el problema es que no se concentra, ¿cómo trabajo la concentración? ¿Tiene sentido hacerle leer horas si sigue sin concentrarse? ¿Le sucede en todas las asignaturas? ¿Es un problema específico con una o varias? ¿Será que el bloqueo no tiene nada que ver con la comprensión lectora como tal y sí con la asignatura o incluso con el profesor? ¿Tiene algún problema de atención, dislexia o similar que pueda complicarle la vida?

Creo que podría seguir despertando más y más preguntas. Madres, padres y profes también podemos actuar con esa vaguería que tanto criticamos a los adolescentes y reducir el problema a una mera generalidad como la comprensión lectora que no ayuda mucho si no se bucea más y se llega a las causas reales y específicas.

Eliminando el mito

Creo que hay una parte mitológica en el tema de la comprensión lectora. A ver, estamos hablando de leer. Tu hija lo hace constantemente en redes sociales, en whatsapp, en el instituto, en otros libros o artículos, en publicidad, en emails, etc. Es decir, tu hija sí sabe leer y eso incluye entender lo que quieren decir los textos.

Además, si realmente tu hij@ tuviese un problema de comprensión lectora, así en general, lo más probable es que no hubiese llegado al instituto. Es cierto que los textos se van complicando según van avanzando los cursos. Sin embargo, si no suspenden todas las asignaturas porque efectivamente no entienden lo que leen, quiere decir que hay otros textos de otras materias que también se han ido complicando y que sí son capaces de comprender.

¿Por qué se ha extendido tanto esta idea?

Por un lado, pienso que es muy lógica. Si tu hijo entendiese lo que lee podría ir mejor en los estudios y sacar ese examen. Visto así puede pasar fácilmente todos nuestros filtros lógicos como madres, padres o profes.

Por otro lado, cuando yo mismo pregunto a mis alumnos adolescentes por temas de sus asignaturas, las respuestas dejan ver claramente que no han comprendido lo que leían. Mezclan ideas, no se expresan bien y pueden soltar algunas incongruencias. De nuevo, tiene mucho sentido pensar que le falla la comprensión lectora y claro que le falla. La cuestión es que como no le falla en otros ámbitos, podemos advertir que hay algo más que puede estar generando ese problema.

Lo que sucede es que los profesores tienen muchos alumnos, por tanto, su trabajo es generalizado. No tienen capacidad de individualizar, al menos no en profundidad en una mayoría de casos. Al tratar a grupos más o menos grandes, sus patrones de lógica buscan a su vez patrones entre sus alumnos. Pero, ¿qué pasa con los patrones? que es fácil que se queden en argumentos más generales. Son indispensables, pero no siempre suficientes. En este caso, creo que es lo que puede esta ocurriendo.

Entonces, ¿qué hacemos?

Voy a comentar diferentes causas posibles de esa falta de comprensión y algunas ideas que podríamos llevar a cabo en cada cosa. Lo que pretendo hacer es extraer igualmente patrones con el mismo riesgo de caer en ciertas generalidades, pero con la esperanza de haber escalado algunos niveles de profundidad y generar una ayuda más precisa.

  • Pereza, desinterés: Esto está demasiado extendido entre los adolescentes que están en el instituto. Cuando se apodera de ellos ese desinterés con su amiga la pereza su cerebro no está en el plano adecuado para comprender lo que leen.
    • Qué hacer: Convertir el estudio en algo más divertido, reducir las cantidades de tiempo e información a estudiar del tirón, aprender técnicas de estudio que le permitan afrontar el estudio con otra mentalidad, crear mejores disciplinas de estudio.
  • Falta de concentración, distracciones: Evidentemente, este punto puede venir directamente causado por el punto anterior, pero hay más cosas que entran en juego. Tu hij@ puede tener algún problema con amigos o cualquier otra cosa que acapare su atención y no le permita concentrarse en el estudio. Puede tener distracciones como el móvil que también le impiden concentrarse.
    • Qué hacer: Si el móvil le distrae retirarlo en los periodos de estudio. En los descansos puede echarle un vistazo sin problema y para gestionar la concentración no es necesario ni mucho menos quitar el móvil durante días. Si hay un tema ajeno, como un problema con un amigo, lo primero es tratar ese tema. Dedicar unos minutos, aunque sean 20 o 30 en desenredar un poco ese tema y soltar la tensión para concentrarse más fácilmente una vez ha soltado lo que ocupaba su cabeza.
  • Problemas con una asignatura/profesor: En ocasiones hay un problema específico con una asignatura que se le resiste por la razón que sea o con el profesor. Entonces, cuando leen ese tema su cabeza se desvía y se bloquea en la relación con la materia o con el profe. No logra centrarse en el contenido.
    • Qué hacer: Aquí hay diversas situaciones, podrías hablar con el profesor, reducir las cantidades a estudiar y dividir el temario en el tiempo, poner un apoyo con un profesor particular o con un amigo, enseñarle técnicas de estudio que le ayuden a hacer más fácil esa materia y, por supuesto, hablar con tu hij@ al respecto ayudándole a gestionarlo.
  • Textos complejos: Hay veces que los textos se las traen. Escribir un libro de texto debe ser una tarea enorme y entiendo perfectamente que los autores con su elevado nivel de conocimiento, muy por encima del curso para el que están escribiendo el libro, puedan acabar expresándose de formas complejas. Además, tienen que resumir un volumen de información mucho mayor a unas pocas páginas por tema. Ese resumen puede dejar matices fuera que ayudarían a tu hij@ a entender mejor lo que lee.
    • Qué hacer: Primero de todo, identificar qué palabras no se conocen y poder buscar su significado. Enseñar a tu hij@ a «traducir» los textos a su lenguaje, lo más sencillo posible. Muchas veces intentan entenderlo con expresiones con las que no están familiarizados y es eso lo que complica las cosas. Ayudarle a hacer esa «traducción» si es necesario. Estudiar con suficiente tiempo de antelación para identificar estas cosas y preguntar las dudas al profesor.
  • Falta de conocimiento específico: Recuerdo el primer libro (muy básico) que leí que me acercaba a la física cuántica, estaba lleno de conceptos que se me escapaban porque mi conocimiento al respecto era nulo. En realidad, algo similar le pasa a tu hija continuamente, se enfrenta a temas nuevos con los que no está familiarizado y eso dificulta la comprensión.
    • Qué hacer: Hacer el proceso gradual. En lugar de tratar de entender el tema completo en una tarde, analizar algunos conceptos básicos y seguir creciendo poco a poco sobre esas bases. También puede funcionar el proceso casi contrario, leer el tema completo del tirón 1 o 3 veces para dejar que se vayan filtrando ideas y después tratar de hacer una lectura más comprensiva parte por parte.
  • Pensar en acabar: No nos vamos a engañar, los adolescentes suelen tener más ganas de acabar la sesión de estudio o incluso el examen que de aprender o estar presentes en ese momento. Eso hace que su mente avance en el tiempo y su concentración baje. Evidentemente, su comprensión lectora también caerá y esto pasa día si y día también.
    • Qué hacer: Dividir los tiempos de estudio en tramos cortos para eliminar o reducir al máximo la prisa por acabar, hacer el estudio más divertido, estudiar con alguien, estudiar en momentos en los que haya la menor acumulación de cansancio posible.
  • Ansiedad, estrés: Los adolescentes reciben una presión por los estudios considerable tanto en el instituto como en casa. De hecho, los trastornos de ansiedad en adolescentes van en aumento. Si no se llega a ese punto de ansiedad sí es mucho más sencillo que aparezca el estrés, activando así el sistema nervioso simpático que libera cortisol y reduce la actividad en el cortex prefrontal. Esta zona del cerebro es la encargada de la lógica, el razonamiento, la identificación de patrones… Vamos, algo básico para la comprensión lectora.
    • Qué hacer: Si se ha llegado al punto de ansiedad, ir a un especialista. Reducir el estrés en el día a día. 
  • Rendición: A veces los estudios se han convertido en una montaña tan alta que simplemente se tira la toalla. Aunque tu hij@ siga yendo a clase y haciendo que estudia, en su interior sabe perfectamente que no lo va a lograr y no lo intenta.
    • Qué hacer: Mucha comunicación. En este punto la presión es muy difícil que logre ayudarle y muy fácil que le haga aferrarse más aún a su rendición.
  • Creencias previas: Con inglés o mates suele suceder de forma habitual, pero ocurre con cualquier asignatura. Tu hija piensa que se la da mal o que no es capaz y, de nuevo, ni siquiera lo intenta.
    • Qué hacer: Técnicas de estudio que le ayuden a hacer más sencilla esa materia, explicarle algunas bases más simples, ayudarle con un profesor particular o estudiando con un amigo, etc. Otra fórmula interesante es ayudarle a desarrollar su pensamiento en esa asignatura. Muchas veces tu hijo no intenta ni pensar y se dedica a leer o recibir explicaciones desde una posición pasiva. Hacer lo contrario y que te lo explique a ti aunque no lo entienda. Hay que tener mucho tacto en esta técnica.
  • Falta de autoestima: Igual que hemos visto con aspectos más específicos, si tu hijo tiene una autoestima baja, eso influirá en su confianza a la hora de aprender. Lógicamente eso es determinante en su comprensión lectora.
    • Qué hacer: Coaching o apoyo por un psicológo si es posible. Trabajar esa autoestima como prioridad y buscar pequeños avances paso a paso. No poner demasiado a menudo ni con demasiada intensidad sus errores o dificultades sobre la mesa, destacar de forma natural y proporcionada sus logros, que sienta apoyo y comprensión y dejarle solo también para que tenga que enfrentarse a retos que le ayuden a crecerse.
  • Deficits específicos del aprendizaje: Es posible que haya algún tipo de trastorno del aprendizaje que le impidan tener una comprensión lectora óptima.
    • Qué hacer: Siempre que haya sospechas, llevarle a especialistas para diagnosticar o descartar posibles deficits tipo dislexia, TDA, TDAH, etc. Adaptar según el caso su material de estudio, darle técnicas de estudio que le hagan más fácil el aprendizaje y evitar poner esa dificultad añadida en el centro de todo ni permitir que potencie una identidad de víctima. Si piensa que como tiene esa dificultad no va a poder, no podrá. 

En este punto, quiero decir que sí es posible que haya adolescentes que su problema real puro sea la comprensión lectora y por supuesto que hay que trabajarlo en cualquier caso. A mayor mejoría de la comprensión lectora mayor facilidad de gestionar algunos de los problemas arriba mencionados.

Por tanto, puede funcionar de forma bidireccional, pero creo que el principal trabajo, salvo en casos excepcionales, está en profundizar, evaluar y tratar otras situaciones como las que he comentado en este post.

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